La Generalitat ha atendido en el primer semestre del año a 205 menores extranjeros no acompañados. Son los conocidos como MENAS. Jóvenes que no tienen a nadie en la Comunitat, que emprendieron un duro viaje cargado de esperanza para sacar de la miseria a sus familias. Muchos han arribados a las costas valencianas en patera. Otros en los bajos de camiones. También los hay que han llegado polizones en barcos. Todos han sido auxiliados.
En lo que va de año, la Conselleria de Bienestar Social ha asistido a 652 menores extranjeros entre enero y junio de este año. De ellos, un centenar de casos han entrado nuevos al sistema de protección.
La mayoría de los jóvenes asistidos son menores acompañados (446) que han acabado en la red asistencial del Gobierno valenciano por diferentes motivos, que van desde el desamparo de los padres a las dificultades económicas de estos. De hecho, la falta de dinero y la ausencia de pautas de los progenitores por la cultura diferente (como dejar a los niños que estén en la calle hasta altas horas de la noche o el absentismo escolar) hacen que cada vez haya más hijos de familias extranjeras tutelados.
Sin embargo, por primera vez desde que comenzó el fenómeno de la inmigración, la llegada de estos adolescentes desamparados a Valencia, Alicante y Castellón ha disminuido. La crisis económica está detrás de esta tendencia. La progresión de hace una década se ha ralentizado. Entonces, el sistema de protección atendió a 1.749 menores extranjeros. Hoy, 651.
Sobre el régimen en el que permanecen los adolescentes acogidos en el primer semestre de 2012, medio millar están bajo tutela y 129 en guarda. La mayoría en acogimiento residencial y el resto, con alguna familia. La Comunitat dispone de ocho centros para ellos con 87 plazas. «La atención residencial de menores extranjeros se está realizando también en cualquiera de los centros de la red de protección de la que disponemos, especialmente en los centros de recepción», explica la directora general del Menor, Carolina Martínez.
El perfil de los jóvenes que están bajo el paraguas de la Generalitat es claro. Hay más varones que mujeres y los países de procedencia siguen siendo Marruecos, Rumanía y Argelia. Muchos de los MENA tienen 17 años. La determinación de la edad es uno de los problemas a los que se enfrentan las administraciones. Muchos se hacen pasar por menores por la tutela. La Fiscalía de Valencia atajó estas situaciones al realizar una triple prueba: la radiológica (de boca y clavícula), la exploración física y las entrevistas.
Lasprovincias.es
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